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Diabla Talks: Diseño sostenible por Oiko

3 junio, 2022

Desde sus orígenes, Diabla no ha dejado de poner el foco en los materiales innovadores. Hoy, con el objetivo de continuar estrechando el vínculo entre el mobiliario de exterior y el diseño a partir del reciclaje de residuos plásticos, Diabla se alía con OiKo Design Office, estudio de diseño y de desarrollo industrial especializado en la ciencia y la ingeniería de los materiales para la transición hacia la economía circular.

Diabla

El resultado de esta colaboración, BALCONI, es una colección para balcones y espacios pequeños formada por una mesa y una silla plegables que parten de una solución formal tranquila, honesta y reconocible realizada con un material nuevo como es el plástico postconsumo procedente de los envases de jabón y detergente del contenedor amarillo.

Vuestra máxima es diseñar siguiendo los más estrictos protocolos de circularidad. ¿Desde el principio tuvisteis claro cuál sería material que daría forma a una colección de exterior como BALCONI?
Más o menos claro, pero no del todo. Sabíamos que el plástico reciclado sería un protagonista, pero en un principio el enfoque era un plástico de invernadero reforzado con cáscara de arroz. Después de varios desarrollos, el acabado no nos convencía y los formatos no eran del todo adecuados, por lo que pasamos al plástico reciclado procedente de botellas de detergente, que finalmente se ha usado en los listones. La estructura sí que la hemos visto en tubo de aluminio desde el primer momento por su resistencia, ligereza y facilidad de trabajo.
Aunque la etimología del nombre de la colección es evidente, ¿por qué elegisteis este concepto para vuestro primer diseño para DIABLA?
En el encargo del proyecto la idea principal es que fuera una silla apta para balcones y de ahí su pequeño tamaño. En inglés balcón es “balcony” y en el estudio para referirnos al proyecto la llamábamos La Balconi, pero sin ánimo de ponerle un nombre definitivo. Y la verdad es que cuando llegó el momento en que la presentábamos en Madrid, Balconi había calado tanto que ya no podíamos nombrarla de otra manera. Y así se quedó: Balconi
Diabla
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En vuestros proyectos siempre introducís la cuestión sensorial, un aspecto también muy presente en todos y cada uno de los diseños de Diabla. ¿Qué vínculo emocional intentáis crear con el usuario de BALCONI?
Lo primero es que evoca de manera clara y consciente a las clásicas sillas de balcón, pero de una forma actualizada, revisitada. Ahí queríamos que se generara una conexión en el tiempo. Y, después, está la materialidad. El plástico reciclado tal y como lo hemos usado te conecta con el residuo, con el proceso de reciclado, te transmite un olor a jabón que te dice que antes de ser silla era un envase. Si lo observas con atención puedes identificar los restos de tapones de marcas que todos conocemos bien. Creemos que estos estímulos generan una emoción y, sobretodo, te llevan a imaginar historias. A imaginar cuanta ropa habrá ayudado a lavar el lugar donde ahora te sientas. A pensar qué habría pasado con ese residuo si no se hubiera reciclado en esta silla.
Otra de las premisas de vuestro trabajo es la producción local. ¿Podéis contarnos más sobre el origen de los residuos plásticos postconsumo que dan vida a BALCONI y que cuentan con certificado de trazabilidad?
Como antes decíamos, el residuo procede de la recogida selectiva de envases en España. Botellas de jabón y detergente comunes que una vez los tiramos al contenedor amarillo, van a una planta de selección, se trituran y se acondicionan para poder reciclarlos en nuevos productos. Es cierto que ahora hay muchas marcas que dicen usar plástico reciclado… en este caso, el material usado en Balconi es el primero en España con certificado AENOR de procedencia postconsumo. Este plástico es realmente reciclado de los envases que teníamos todos nosotros en casa tan solo unos meses antes.
¿Cuántos envases reciclados de HDPE procedentes de productos de limpieza ganan una segunda vida a través de cada silla y mesa BALCONI?
Es relativo, porque no todos los envases pesan igual, pero suponiendo que todos fueran de detergente grandes, tendríamos unas 30 botellas por silla.
Diabla
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El pasado año, la zona chill del espacio Play Now de Nike en el Forum de Barcelona fue vuestra primera incursión en el diseño para exteriores. Con BALCONI dais un paso más, creando una colección de mobiliario apta especialmente para el ámbito outdoor. ¿Qué retos os habéis encontrado a lo largo de este nuevo proyecto?
Es interesante, porque aun siendo el mismo material, el enfoque ha sido completamente distinto. En el espacio Play Now, el plástico reciclado estaba combinado con estructura de madera. Bajo el sol y la lluvia, la madera se degrada y el plástico permanece. En cambio, en la colección Balconi, el plástico reciclado está montado sobre aluminio y aquí la relación de fuerzas es distinta. El aluminio es imperecedero, pero ¿y el plástico reciclado? Aquí está el reto. Lograr la resistencia suficiente de los materiales que forman cada pieza independientemente de su naturaleza.
Lleváis años estudiando y cuantificando impactos ambientales y ciclos de vida de materiales y productos desde la perspectiva del diseño… así como realizando proyectos para fomentar la implicación social en el reciclaje a través de la transparencia y de mostrar sus beneficios y resultados prácticos. ¿Cuál es el mayor desafío al que hoy se enfrenta la transición a los plásticos del futuro?
Así es. En nuestra manera de trabajar integramos el análisis de impacto ambiental mediante el ACV en el método de diseño. De hecho, incluso trabajamos para muchas marcas exclusivamente en el ámbito de la consultoría para la mejora ambiental de sus productos. Nos estamos encontrando con un interés muy grande en mejorar la sostenibilidad de los procesos, pero también, en términos generales, con grandes barreras. Resumiendo mucho mucho, el principal desafío es pretender continuar haciéndolo todo igual y, sin embargo, querer conseguir un objetivo distinto. Las inercias que nos han llevado a la insostenibilidad de nuestro sistema se deben revertir desde el origen. Si continúas trabajando con el mismo proveedor, con el mismo ingeniero e incluso puede que con el mismo diseñador, el resultado muy probablemente sea el mismo y no consigas ningún cambio.
Además del plástico reciclado, BALCONI integra el aluminio, muy presente en los productos fabricados por otra de las marcas de Gandia Blasco Group, GANDIABLASCO. Se trata de un material apto para exteriores y reciclable tras su larga vida, durante la cual va descubriendo un bello proceso de envejecimiento con el paso de los años. ¿Qué cualidades destacaríais de este material?
Lo has descrito perfectamente. El aluminio es un material ligero y resistente. Posiblemente el más adecuado para el equipamiento de exterior. Y sí, es reciclable, pero no hay que olvidar que el aluminio tiene un gran impacto en su extracción, por lo que es imprescindible garantizar su reciclaje para conseguir que haya suficiente material reciclado en el mercado como para que podamos hacer productos de aluminio reciclado. Pero su grandísima virtud es la durabilidad. El producto más sostenible es el que más se usa, durante más tiempo.
Madrid Design Festival 2022 acogió la exposición colectiva Inferencias, de la galería Il•lacions. En ella participasteis con la silla de plástico reciclado AZ01 junto a la directora creativa de Diabla, Alejandra Gandía-Blasco, que presentó su obra fotográfica Comporta 2018, otoño 19,38. Ambas creaciones parten de aprovechar el valor expresivo de lo que la industria rechaza: de la estetización de los deshechos plásticos industriales y los errores en fotografía, respectivamente. ¿Qué os lleváis de esta experiencia?
Con Alejandra compartimos muchos puntos de vista y el “Happy Accident” es algo que nos une en nuestras respectivas obras más artísticas. Plantear este diálogo entre el material industrial y la imagen fotográfica hablando el mismo idioma, aunque con músicas distintas, fue enorme. Por no hablar de la excelente exposición que organizaron los compañeros de Il•lacions. Una mezcla muy emocional e intelectual. Vitaminas para la creatividad.
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